Ya no sé cómo "vender" la escritura en mis clases de narrativa. Muchos de mis alumnos, incluidos los que dicen amar la literatura, no leen ni escriben. O lo hacen apenas con onomatopeyas del tipo tkm por blackberry. Admito que la buena escritura es inútil. No se come, no garantiza la felicidad (al contrario), a veces duele. El mundo se la puede pasar lo más bien sin Rulfo sin Vallejo sin Yourcenar sin Lispector. Hay cosas más divertidas. Pero en mis clases me veo obligado a "vender" lo que enseño y amo. La cosa nada tiene que ver con la cultura general, concepto horrible, sino con algo inexpresable y raro que no cabe en un post. Cuando me quedo sin argumentos digo que un mail con faltas de ortografía o mal redactado deserotiza. Esto último preocupa con razón a más de uno. Cuando estoy al borde de la desesperación cito a Kafka. La escritura es más pobre pero más clara que la vida. Los argumentos son insuficientes. Pero alguno o alguna, siempre, pisa el palito.
L.
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