Hay una hora de un día de un mes de un año en que los ríos corren sin orden ni lecho ni puente. Nadie nada nunca en aguas que inundan la boca de un mundo cerrado. Y lo que sigue a lo que viene, ¿quién lo sabe? L.
Eso es lo que sabe bien de los caos súbitos, profe Luis. Que aún cuando vuelve la calma, dejan sobre las playas frondosas incógnitas que son como enromes helados de vainilla. Un abrazo desde Colombia! Y feliz estación en ese viaje...
Este mes de junio fue algo así como un diluvio en mí, lo que venga después, ¿quien lo sabe? Me hizo bien leerlo. Nada es por casualidad ¡Maravilloso y acogedor su espacio profesor! Seguiré por aquí. Gracias por invitarme. Judith de Tucumán
Eso es lo que sabe bien de los caos súbitos, profe Luis. Que aún cuando vuelve la calma, dejan sobre las playas frondosas incógnitas que son como enromes helados de vainilla.
ResponderEliminarUn abrazo desde Colombia! Y feliz estación en ese viaje...
Este mes de junio fue algo así como un diluvio en mí, lo que venga después, ¿quien lo sabe?
ResponderEliminarMe hizo bien leerlo. Nada es por casualidad
¡Maravilloso y acogedor su espacio profesor! Seguiré por aquí. Gracias por invitarme.
Judith de Tucumán
Me detengo en Aguas de junio.
ResponderEliminar¿Por qué? ¿quién lo sabe?
Laura.