La madera de mi puerta se gasta en recuerdos. La cerradura no. Todas las llaves del mundo quisieron violarla con amores y trampas. Pero ella sigue intacta. La madera ha visto demasiado. Miro una vez más por el ojo de la cerradura. Del otro lado me observan ojos nuevos. Es lunes. No todo está perdido.
L.
L.
Los lunes es cuando se gana: una mirada. Y que del otro lado miren, y quieran lo que tengo!
ResponderEliminari.
Es verdad L., no todo está perdido. Puede ser lunes, martes o miércoles, pero la cerradura sigue allí. Esconde nubes, soles, o amores perdidos en el tiempo. Y tal vez regresen flotando a último momento.
ResponderEliminarFrieda.