martes, 21 de mayo de 2013
Todo inseguro
Los que tienen trabajo y casa propia se sienten seguros y tienen razón en sentirse así. ¿Qué puede pasarles? Tienen una tarjeta magnética colgando de sus polleras o pantalones, la casa siempre está, alguien los está esperando para preguntarles cómo pasaron el día, no hay nubarrones en el horizonte, hay, como se dice, estabilidad. Los que no tenemos trabajo ni casa propia vivimos al borde de un hermoso abismo. Caminamos como borrachos por una cuerda floja que probablemente esté cortada en alguno de sus puntos. La angustia a flor de piel, el frío sin abrigo, la sensación de que todo el edificio va a caer de un momento a otro. ¿Pero quién está seguro en esta vida? ¿Quién no corre riesgos de ninguna especie? ¿Quién puede escapar al desamparo esencial que nada cubre? Menos tu vientre -dice el poeta- todo es oscuro, baldío, turbio.
L.
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