El deseo se sostiene en su insatisfacción. En algo se parece a lo que tenemos en la punta de la lengua y no alcanzamos a expresar. Todo en la vida trata de ser. Pero al final acaba conformándose con una parte del total. Los silencios llenan lo demás. Las parejas tendrán que resignarse a soportar lo que no podrán decirse nunca. Es mejor entenderse aún sin diálogo, transcurriendo en amable armonía con la ambigüedad. Igual todo tiene un precio. No se trata de reír ni de llorar sino de comprender –aconseja Spinoza-. Pero para llegar a la comprensión hay que atravesar la risa y el llanto. No es concebible un amor libre de asperezas. Pero un hombre y una mujer dispuestos a convivir con la incertidumbre tienen posibilidades ciertas de acompañarse y vivir momentos de inusual intensidad.
Particularmente en este día, nuevamente gris y pálido entre mi sonrisa interna, la frase citada de Spinoza me vino como una frase salvadora y conciliadora con mi vida.
ResponderEliminarEscribí en mi blog sobre este momento. Mi día termina un poco mejor, con este texto, esta frase, este blog que tantas cosas lindas me da todos los días.
Este estar dispuestos a la incertidumbre me recuerda al Siddharta de Hesse cuando resume la actitud frente a la vida como un estar abiertos al destino. Al comprenderla nutrida de opuestos y aceptarla nos liberamos para descubrirnos y encontrarnos.
ResponderEliminarGraciela B
Lo que me alivia es saber y sobre todo, recordar que todo pasa, la inserudumbre, la seguridad, los celos, el amor. Esa idea que si la estiro llega a la frase trillada: "hoy estamos, mañana no sabemos".
ResponderEliminarMe gusta eso de la "inusual intensidad", me causa intriga.
Saluti
e
Me gusta y coincido plenamente con la última frase. Tuve la suerte de probarlo.
ResponderEliminarAmaranta