domingo, 27 de diciembre de 2009

Nicole


Dame más, pide Nicole. Y desafía al hombre con los ojos. El tipo no se mueve y la mira con dureza. Su cara de árbol se desdibuja contra un fondo azul de niebla. Repentinamente la envuelve en un beso de lana o acero. La atrae, la somete, la oprime. Pero esta vez la boca tiene espinas. Nicole se deshace del abrazo con fastidio. Ahora no quiere que la toquen. El se asombra, se irrita, quiere irse. Pero algo lo detiene. La mujer por fin cede, cae, se levanta. Corre hacia el hombre en un impulso. La ola rompe contra el muro y lo tiñe de espuma. Los cuerpos se refriegan, se funden, se anulan. Nicole se enrosca al varón por debajo de la cintura. Muerde, aúlla, olfatea con animal desesperación. Y ruega. Y ordena. Dame más.

L.

2 comentarios:

  1. Qué hermoso texto. Oscilante y desesperado. Cuando él no quiere, ella quiere. Cuando ella quiere, él no quiere. Y a veces, de repente, ambos coinciden, chocan, se unen. Esto me recuerda a un poema de Alfonsina Storni.

    Y sabías amar, y eras prudente,
    y era la primavera y eras bueno,
    y estaba el cielo azul, resplandeciente.

    Y besabas mis manos con dulzura,
    y mirabas mis ojos con tus ojos,
    que mordían a veces de amargura.

    Y yo pasaba como el mismo hielo...
    Yo pasaba sin ver en dónde estaba
    ni el cruel infierno ni el amable cielo.

    Yo no sentía nada... En el vacío
    vagaba con el alma condenada
    a mi dolor satánico y sombrío.

    Y te dejé marchar calladamente,
    a ti, que amar sabías y eras bueno,
    y eras dulce, magnánimo y prudente.

    Toda palabra en ruego te fue poca,
    pero el dolor cerraba mis oídos...
    Ah, estaba el alma como dura roca.

    Rocío.

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  2. El texto tiene una mezcla de violencia y sensualidad. Me gusta. Pero también me da miedo la histeria de los hombres...y de las mujeres como Nicole.
    Mika

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