El verdadero asombro está hecho de recuerdos y jamás de novedad. ¿Para qué perder tiempo con el tedio de lo eterno nuevo? ¿Para qué insistir en paisajes que no son nada si no evocan, si no perturban, si no remueven el fondo oscuro y denso de la olla? El verdadero asombro nace del círculo vicioso y no de los bellos y arriesgados saltos mortales. El verdadero asombro se nutre de mitos olvidados en rincones prohibidos y mil veces negados. Es ahí, en el fondo de la olla, donde un día, sin querer, encontramos un pedazo de espejo donde nos vimos la cara por primera vez. Los pelos en la sábana. La foto que se traspapeló en la Navidad ya sepultada. ¿Cuántas veces hace falta ver el mar para verlo un día como si fuera la primera vez? ¿Acaso hay algo de valor en la noticia de último momento? Nada. El verdadero asombro está hecho de recuerdos y jamás de novedad.
L.
Como recordar lo que está por llegar..
ResponderEliminarLas ventanas con lluvia son muestras de un pasado menguante ,imposible reacomodarlo al hoy