Hermoso fue este blog mientras duró. La época de los casi trescientos visitantes diarios, las maravillosas aventuras del gato Grusswillis, ya muerto, las historias de amor y desamor, las fotos atrevidas de cuerpos desnudos y ávidos, las eternas provocaciones disparadas contra el conformismo y las ideas dominantes, los concursos literarios, la tormenta de discusiones y la defensa del arte y la filosofía como últimas armas contra la ignorancia en leve ascenso. Ya todo aquello pasó. Fue hermoso este blog mientras duró. Hoy llegan a este espacio unos pocos nostálgicos de las viejas épocas, nosotros entre ellos, como queriendo reproducir la magia inicial, como esas parejas donde ya no pasa nada que tratan de reproducir el encanto de las primeras citas, ya sea pasando la noche en un hotel por horas, o bebiendo champaña a la luz de una vela, o haciendo un viaje de hiel parecido a la luna de empalagosa miel. Pero cuando no pasa nada ni por aquí ni por allá...¿para qué seguir?
L.