jueves, 11 de abril de 2013

La huida


Con el desecamiento del mar el pez primitivo abandona su medio para explorar la tierra. Huye de tal modo de un infierno donde impera la ley del más fuerte y donde todos los seres están expuestos al peor de los destinos posibles. El pez primitivo se ve forzado a transportarse a sí mismo, sin ayuda alguna, respaldado apenas por las aguas que lleva en su interior. Lo propio de ese animal ya no es el sedentarismo, el creerse a salvo del miedo y el desastre, sino la huida. Pero las fugas del pez primitivo son algo más que fugas. Son conquistas, audacias, creaciones forzadas por la fuerza de las cosas.
L.

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