Una persona sin culpa, no hundida en la culpabilidad, no gravemente culpógena, no ahogada en culpas, decía, una persona sin culpa ni escrúpulos de ninguna especie, es una persona de temer. Del mismo modo una persona sin miedo a perder el amor o los amores es también temible. Cosas simples como cuidar el jardín hermoso y efímero, eso que se deshace, podrían salvarnos y salvar el mundo.
L.
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