lunes, 15 de abril de 2013

Oscilaciones


Avanzar dos pasos y retroceder tres, cuatro o cinco. Reponerse, retomar la senda aprendida y racionalizada y detenerse nuevamente. La línea no es recta sino curva. Oscilaciones como la de una pequeña hormiga subiendo por el cuerpo sinuoso de una mujer y sus abismos deslizantes. Como el montañista que para seguir ascendiendo hasta la cima necesita volver sobre sus pasos, retroceder, como se dice, para alcanzar la meta por otras vías quizás más complejas y riesgosas. Como quien se duerme y se despierta. Como el soldado que espera en la trinchera que la batalla comience de una vez. Los procesos tan largos. Tan demorada la senda invisible que lleva al soñado, inseguro lugar. Un paso adelante. Dos pasos atrás.
L. 

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