lunes, 22 de abril de 2013

Lo que dijo el médico


Se puso los anteojos y miró atentamente los estudios indicados. Electrocardiograma, sangre, esperma, orina, lágrimas y todo lo demás. Volvió a ponerse los anteojos que no se había sacado y analizó esta vez el ecodopler de vasos. Es una especie de ecografía de las arterias donde puede saberse si uno es feliz o si va a morirse. Finalmente el médico se quitó los lentes y suspiró profundamente. Yo hojeaba una revista como si tal cosa. No dieron bien los análisis, musitó el hombre. Yo lo miré sin interés. ¿En qué sentido?, le pregunté desde lejos. En el sentido de que usted puede sufrir en cualquier momento un infarto, en cualquier momento un ACV, en cualquier momento la tragedia mayor, exageró. Yo seguí hojeando una revista de chimentos donde se veía a una modelo semidesnuda que al parecer le había sido infiel al novio con un productor de televisión. La nota estaba mal escrita pero era entretenida. ¿Me escuchó?, insistió el médico. Yo miré por la ventana. Se había posado ahí un pájaro de plumaje tornasolado. Una especie de aparición que me obligó a cerrar la revista y dejar de escuchar los comentarios profesionales. El ave del paraíso había llegado al fin.
L.

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