miércoles, 7 de agosto de 2013
Demasiado solas
Qué solas están las víctimas. ¿Cuáles? No importa cuáles. Todas o ninguna. Las víctimas están más solas y desnudas que nadie en el mundo. Esto puede parecer un discurso resentido y sé muy bien que lo es. Lo es absolutamente. Las víctimas están abandonadas por todos. Ni siquiera los buenos ayudan aunque digan que lo hacen. Aunque digan que siempre están y estarán. Aunque escriban lindos mensajes de apoyo. Aunque lleven flores a la mismísima casa donde viven las víctimas. Pero por Dios. Qué solas están. Qué abandono terrible. Qué mala suerte tuvieron de caer en ese pozo tan hondo y sin fondo. Los que no se hundieron alguna vez ahí adentro no saben de qué hablo. Quizás yo tampoco lo sepa. Ya avisé que este es un discurso resentido y deliberadamente oscuro. Pero, al margen de lo que pueda decirse a favor o en contra, qué solas están las víctimas. Alguien debería hacer algo por ellas así sea por lo que queda de sus cuerpos tristes y hermosos. Por si no se entendió. Esto no es un pedido sino un ruego. Una vez más. Qué solas están las víctimas.
L.
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