Nos pasamos la vida buscando lo que ya encontramos. Lo teníamos en la mano, en la cabeza, a la vista en el placar. Lo sabíamos perfectamente desde el principio. Pero no. Pero nada. La vida está siempre en otra parte. Y entonces partimos de viaje armados de una gigante y bella red de mariposas. Estábamos seguros de que el pez de oro o la bella durmiente aparecerían en cualquier momento y en cualquier lugar. Eso pasa por no mirar al otro lado de la cama. Eso ocurre por no estar en el mismo lugar en donde estábamos. Nos pasamos la vida buscando lo que ya encontramos. Y, lo que es peor, al descubrir que así son las cosas nos decepcionamos y decimos que no, que cometimos un error, que no era eso lo que buscábamos.
L.
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