lunes, 12 de agosto de 2013
Lugar del crimen
Existe en psicoanálisis algo llamado pulsión de repetición. No estoy seguro de que se llame así pero voy a intentar decir algo a modo de aproximación. Por alguna razón tendemos a repetir una y otra vez actos que nos hacen mal. Es como volver al lugar del crimen. Es el famoso goce que permite a una mujer golpeada reencontrarse infinitas veces con su victimario. Es también lo que está detrás de elecciones de pareja desastrosas que, más allá de naturales cambios de nombres, edades y aspectos físicos, reiteran algo característico de manera sospechosamente similar y evocadora. Es el placer que siente el fumador al aspirar el humo que, con seguridad, a la larga dañará su vida peligrosamente. Romper con el círculo vicioso no es fácil. Privarse del goce, que para la teoría analítica sería lo más aconsejable o deseable, requiere de una buena guía profesional más una disposición personal a trabajar con uno mismo de manera persistente. En caso contrario la eterna repetición de algo que nos hace mal va a convertirse en una especie de fatalidad. Quizás lo que acabo de describir se llame pulsión de repetición. Quizás no se llame así. Pero quien está leyendo ésto entenderá, por experiencia y a grandes rasgos, de qué se trata la cuestión.
L.
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