martes, 27 de agosto de 2013

Días como un tajo


Hay días como un tajo. Eso ya se sabe. Está en un poema clásico del peruano César Vallejo. Días como del odio de Dios. También se sabe por la misma razón. Días como un pan que en la puerta del horno se nos quema. Días de guerra encubierta. Demonios cotidianos. La cama sin hacer. Las sábanas sucias por las manchas que el amor o el desamor dejaron. El viento detenido en una estación sin viento y sin estación. No hay paz. Tantas cosas inútiles. Tantas palabras echadas a rodar. Y los tambores de abajo anunciando siempre lo de más abajo, el ruido convertido en el pavor de la rayuela, las velas, las muelas, la desolación. Días como un tajo. No es la soledad el problema. El problema es otro y es de los otros el reino tan buscado. 
L.

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