jueves, 15 de agosto de 2013

El balde


La noche es como el domingo. No está agarrada a nada. Por momentos parece una mujer insatisfecha. No hay ni habrá con qué llenarla. Como el domingo a las seis de la tarde. Como la hora de los suicidas. Como la noche a medianoche. Y entonces claro. Y entonces qué. Aparece la angustia, la duda, la televisión, también este lugar. Alguien grita desde la cocina. Ya está la comida. Algo fantasmal mueve el balde que estaba en el pasillo. El balde donde el gato hundía el hocico para beber. El balde roto de estrellas como la noche vacía. Y uno empieza a ver y a decir lo que no es. Alguien calla y observa. La noche como el domingo. No está agarrada a nada. Como una balsa o un hilo. Como el balde donde todo puede ahora suceder.
L.

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