Cuidarse sobre todo de los buenos, los amigos del alma, los familiares cercanos, los compañeros que siempre van a estar ahí. Cuidarse sobre todo de ellos porque no van a estar ahí cuando de verdad los necesitemos. Cuidarse sobre todo de los que dicen defender las buenas causas y sonríen para la foto con los dedos en V. Recordar que el enemigo no tiene cara de enemigo. Oculta el veneno para el momento justo y en general tiene buen aspecto. Cuidarse sobre todo de los buenos. Los malos son previsibles y nada puede esperarse de ellos más allá de la maldad. Son, por lo menos, honestos. En cuanto a los buenos, sí, cuidarse de ellos hasta el fin.
L.
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