miércoles, 19 de junio de 2013

Las fuentes


No hay que volver a las fuentes sino vivir en ellas. Las fuentes de toda sabiduría y amor, de todo pensamiento erótico, lógico y zoológico, los originales en los que se basan las malditas fotocopias, el plagio casual y organizado, la eterna repetición, la reiteración de lo diez mil veces visto. La primera escena, el primer beso, la novela incomparable, la cuarta fuga de Bach que nadie alcanza, el dolor primero, la pérdida de Dios, el primer sueño en la noche de los tiempos. No hay que volver a las fuentes sino vivir en ellas.
L.

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