domingo, 2 de junio de 2013

La vida cuestionada

A diferencia de casi todas las novelas conocidas Rayuela es un modelo de antinovela. A Cortázar le molestaba eso que llamaba rollo chino, la novela bien comportada y cerrada, la historia bien contadita y hasta con mensaje, la escritura literaria convertida en puro ocultamiento, en muñeco de torta, en pasatiempo. Rayuela es otra cosa. Rayuela nos interpela constantemente, nos cuestiona, discute con la vida cotidiana y sus rutinas y propone algo llamado vida verdadera a la manera de Rimbaud. Por eso Rayuela es devorada generación tras generación por adolescentes y jóvenes y viejos que buscan romper de algún modo el corsé de las buenas maneras, del té de las cinco, para entrar en un universo oscuramente vivo, erótico, vital y desesperado. Rayuela es juego pero, sobre todo, es otra forma de llamar a la existencia más allá de todo y de todos.
L.   

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