Hay una actitud altamente recomendable para todos que podría bautizarse como sinceridad selectiva. Consiste en no decirle todo a todos, en no ser sincero que quien no es digno de nuestra sinceridad, en no andar repartiendo la verdad como si fuera una mezcla de panes y peces. Uno no se desnuda ante cualquiera. Y es bueno que así sea. Uno se desnuda solamente ante quienes lo merecen.
L.
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