Los poetas se ponen poéticos cuando llueve. También los enamorados y los melancólicos. Algo desata de pronto una lluvia de lugares comunes. Detrás de los cristales (jamás del vidrio) llueve y llueve. Se oye el sonido de las gotas repicando en el techo de chapa y eso -dicen los expertos- tiene efectos afrodisíacos. Los rebeldes se jactan de salir a la calle sin paraguas. A la joven protagonista de Farenheit 451 le gustaba andar bajo la lluvia de cara al cielo. Bebía las gotas con deleite y eso la convertía en subversiva para un sistema enemigo del deseo. La lluvia es una interrupción. La lluvia no tiene objetivo. La lluvia es una desgracia con suerte.
L.
L.
más allá del texto hermoso, qué linda foto!
ResponderEliminarEn Neuquén, donde llueve tres veces al año, la lluvia representa una suerte de liberación, de alivio, de renovación del espíritu.
un beso Luis,
R.
Siempre es bueno tener alguna interrupción. Es quizás la bienvenida a algo interesante. La lluvia en este caso, lo es.
ResponderEliminarLa lluvia es parte del ciclo del agua en combinación con el clima, la veo acercarse, calculo como será por la densidad del aire y el color del cielo, a veces gris plateado, plomizo. Me gusta esperarla en la calle. Cuándo llueve varios días seguidos, un tristeza se apodera de mi y todo se tiñe de agobio como en un eterno domingo.
ResponderEliminare
la lluvia cae, lava, erosiona, inunda, riega, reverdece, pudre y a veces parece eterna como en Macondo. Sus efectos y oportunidad son tan variados como nuestras vidas. Inevitablemente nos detiene para decidir qué hacer con ella resguardarnos o mojarnos. Es un recreo en el que nos miramos desde adentro.
ResponderEliminarGraciela B