Los barcos esperan turno para entrar al puerto. Desde aquí los veo. Pero el puerto no está para barcos. Ellos aguardan señales en medio del mar. Se han vestido de fiesta y la noche los alumbra con nubes de luciérnagas. La proa de algunos apunta hacia la costa. La popa de otros se alivia en cordones de llanto. Hay actividad en cubierta. Imagino bailes de marineros borrachos. Las putas se regalan por un beso o por un pie. El deseo es una ola que no alcanza a romper.
Y yo escucho un leve deslizarse de remos en el agua.
Y yo escucho un leve deslizarse de remos en el agua.
L.
Aun borracho la entiende y la deja volver.Alguien la espera en el muelle. El deseo es una ola a punto de romper.
ResponderEliminarGraciela B
Inquietante. Siempre me encantó el tema de los puertos y los barcos. Quizás es el paisaje que más disfruto. Ni las putas, ni los peces ni los besos cambian, sin embargo algunas cosas cambian para no cambiar jamás.
ResponderEliminarMi deseo es huir. Huir de lo que conozco, huir de lo que es mío, huir de lo que amo. Lo dijo Bernardo Soares. Me iría en el próximo barco hacia ninguna parte.
ResponderEliminarVerónica