En la costa se acuesta la bruma. Desde lejos se adivinan peces. Alguien pide volver al silencio de las antiguas noches. Y se le concede un tiempo vasto, serenísimo, sin bordes. Lo que importa no es la luz que se enciende en todas partes. Lo que importa es esa lámpara que alguna vez apagamos para guardar la memoria de la luz.
L.
L.
Que cruda es la luz cuando queremos volver a encenderla y no está.
ResponderEliminarhermoso y seco texto
ResponderEliminar