martes, 23 de julio de 2013
La víctima
Lo que menos importa en el mundo inmundo que habitamos es la voz débil y atronadora de la víctima. En ella se esconde un sonido que pocos están dispuestos a oír. Una desgracia, un disparo en la noche, una evidente incomodidad. La víctima es quizás el único ser dueño de una verdad así sea parcial y de poca monta. La víctima ha sobrevivido a algo terrible. La torturaron. Le pusieron un arma en la cabeza. La golpearon duro y la condenaron a muerte. Por azar o quien sabe por qué la víctima tuvo mala suerte y sobrevivió al horror. Este último hecho, la sobrevivencia, molesta visiblemente a la sociedad feliz y satisfecha. Nadie quiere saber nada de ella. Pero, qué pena, ahí está aún. La víctima permanece desnuda y en silencio en medio de gente vestida que no para nunca (nunca) de gritar.
L.
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