martes, 2 de julio de 2013

Mover las piezas


Todo ajedrecista sabe que el drama principal del juego y de la vida ha sido y es la necesidad de mover las piezas. Si un jugador pudiera dejar las cosas congeladas, así como están, no habría riesgo de perder ni de ganar. Pero las reglas son estrictas. O mueven las blancas o mueven las negras. Y en el avance o retroceso de las piezas se generan nuevas, prometedoras y aun riesgosas situaciones. Uno puede hacerse el tonto por un rato. Pero a la larga se impone la acción. Y el movimiento genera movimiento cualesquiera sean la dirección y el resultado. Como el amor, el arte y los viajes el ajedrez puede hacer muy feliz a quien lo juega. Pero también muy infeliz ante la tragedia incógnita que se desata en el tablero. Es todo a vencer o morir. En la foto de arriba el artista francés Marcel Duchamp (1887-1968) juega al ajedrez con una mujer desnuda. El título de la imagen dice mucho. Duchamp enfrenta a una dama.
L.

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