jueves, 18 de julio de 2013

Salvación por el silencio


Y está además la salvación por el silencio. Agujerear el discurso, callar al fin, como enmudece el cuerpo cuando está desnudo, una cosa así, la frase que se resuelve más en los huecos que en los nudos, como una mujer o como una grieta de alta montaña, ahí donde aparecen flores perfectas y heladas, de pronto, a diez mil metros sobre el mar, salvación por el silencio, prosa que se desgrana en el más puro vacío, la calma, el retiro, escuchar nada más que el viento o el sonido sin sonido que produce la luz al estallar. 
L.

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