domingo, 22 de septiembre de 2013

Clases de vida y literatura

Un libro de reciente aparición y de lectura yo diría que obligatoria reproduce las clases que Cortázar dio en Berkeley en 1980 (Alfaguara, 2013). El libro es ideal no tanto para los literatos aburridos, para los académicos irremediables, para los solemnes, sino para los que aman la vida en todas sus manifestaciones. El autor de Rayuela habla a sus alumnos no como un maestrito de escuela o un burócrata, sino como un compañero de camino. Subraya con vehemencia el compromiso político del artista, comenta sus propios cuentos y novelas -sin restar espacio a la autocrítica- mezcla todo como un aprendiz de brujo y en uno de los capítulos, correspondiente a la octava clase, se concentra en el lugar que ocupa el erotismo dentro de una obra literaria y, por qué no, de la existencia. En este punto Cortázar es enfático. Convoca a encarar la sexualidad con la mayor franqueza, abandonando el lenguaje obsoleto, muerto, ese que arrastra el peso de los tabúes y que precisamente en el terreno del erotismo es donde más daño hace. El libro, en resumen, debería ser leído por urgencia no tanto por los amantes de la literatura concebida como un templo sagrado, sino, insisto, por los que aman la vida y la belleza sin negar, en ningún momento, la verdad que la vida y la belleza encierran.
L.

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