domingo, 15 de septiembre de 2013

El tono


A veces todo se limita a una cuestión del tono puesto en juego. Hay tonos que sólo generan rechazo y en semejantes condiciones de ruptura y desajuste el mensaje no llega. Y aunque no hubiera mensaje y sólo se tratara de un beso, un rezo o incluso un pájaro disuelto en plumas, sí, hay algo en el tono que frena los vientos y el agua no avanza y no hay siquiera espuma en la orilla o un dedo largo y erecto que dibuje corazones en la arena dura y oscura. Es una cuestión de tono. Es dar con la nota justa que nunca se alcanza si no apelamos al matiz, a la gama de grises en un día sin sol, a lo no dicho o a lo apenas deslizado como un secreto de familia. Lo central es dar con el matiz. Porque el matiz sostenido cambia el tono.
L. 

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