miércoles, 4 de septiembre de 2013

Pinceles chinos


No todos han visto pinceles chinos. Son los mejores que conocí en la vida. De tronco fino, pelos apretados, parecen caídos de un pubis angelical. A los costados lucen raros ideogramas en rojo. Son perfectos pinceles para escribir letras o dibujar en una tela igualmente china donde haya mucho espacio para que pueda pasar un grupo de caballos alzados. Fantasmas. Caballos chinos. Es como si huyeran de algo o de alguien. Como si no quedaran opciones a ese galope largo y veloz. No todos tuvieron entre sus dedos pinceles chinos de verdad. Son altos y delicados. Viven en un estado de constante erección. Se deslizan por la tinta como si flotaran antes de volatilizarse. Nada tan suave como los pinceles chinos. Nada más lejano que ellos en estas horas sin tiempo ni cuerpo ni lugar.
L. 

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