domingo, 21 de agosto de 2011

Despedidas


Para qué sufrir con las despedidas, dice Cazuza en un tema clásico del rock brasileño. Eso. Para qué. Pero sufrir, a veces, resulta necesario e inevitable. Cuando alguien se va, por la razón que sea, se hace un gran silencio en algún lado. Es una especie de agujero insondable que se abre bajo nuestros pies. Y uno no sabe dónde meterse. ¿Para qué sufrir? La pregunta es absurda y la respuesta, en caso de existir, lo sería mucho más. El interrogante podría haber surgido entre los epicúreos (que vivieron unos 350 años antes de nuestra era) cuya línea filosófica se basaba en evitar el dolor y disfrutar solamente de los placeres. Qué lindo todo. Eludir la angustia y ser felices a toda costa. Pueden hacerse grandes esfuerzos en tal sentido. Pero las despedidas...¿a quién le gustan?
L.

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