Los antiguos

Hace más o menos tres mil quinientos años Homero hablaba de la antigüedad griega. Es raro. Sólo pensar que en el pasado más pasado había ya un pasado resulta por lo menos extraño. Pero así es. Homero, que no era Simpson, resultaba ser el más moderno de los hombres. Y quien haya leído La odisea o La ilíada sabe que lo sigue siendo. Es también lógico suponer que el poeta fantasmal se sintiera parte de lo más actual concebible. A nosotros nos pasa algo parecido pero con algunas diferencias. Nos creemos muy modernos porque hemos inventado las máquinas de la alegría, porque estamos conectados todo el día, porque escribimos en modernos blogs y faisbucs y no en vetustos papiros egipcios que se deshacen en las manos. Nada ni nadie existe más atrás. Somos el último grito de la más actual actualidad. Muy probablemente, dentro de 3.500 años, si la humanidad y el planeta siguen vivos aún, se creerá con razón que los antiguos éramos nosotros. Casi con seguridad se hablará entonces de las hordas salvajes y primitivas del siglo XXI. 
L.