Sólo en cine hay secuencias. En la vida no porque se vive a saltos y con grandes lagunas en el medio. Puede ocurrir que a un hombre no le pase nada en los primeros treinta, cuarenta o cincuenta años de existencia. Y que un minuto después ese mismo hombre suelte el hilo de los acontecimientos. Y que las consecuencias del desborde sean asombrosas. Y que la vida empiece justamente ahí, es decir, treinta o cuarenta o cincuenta años después de haber nacido. Porque hay secuencia en las películas. Y porque en la vida sólo hay saltos.
L.
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