No tengo dinero ni recursos ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo. Hace seis meses pensaba que era un artista. Ya no lo pienso. Lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. No hay más libros que escribir. ¿Entonces cómo se llama eso que escribo? No son libros. Son libelos, difamaciones, insultos. Son un escupitajo arrojado a la cara del arte, un puntapié en el culo de Dios, del hombre, del destino, del tiempo, del amor, de la belleza...
Henry Miller
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