martes, 30 de agosto de 2011

La fiesta del yo


En las editoriales, en las redes sociales o antisociales, en los diarios, en la televisión, en los blogs (también en éste) el yo se puso de moda. Yo es una fiesta. Cualquier hombre o mujer escribe la historia de su vida o sueña con escribirla algún día. Plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro de memorias. Eso sería todo. Muchas personas están como poseídas del derecho a reafirmar la importancia de dar testimonio de lo que sea. Están convencidas de que la vida propia, personal, íntima, es muy importante y valiosa para todos. Pero la memoria, aún la más real de todas, no es ni testimonio ni fábula ni transcripción de hechos. Lo que importa no se compone de lo que le haya pasado al autor (eso es cosa de él) sino del sentido posible de lo vivido. Y para eso, qué vamos a hacerle, se requiere un mínimo de imaginación literaria. Todo radica en el arte. El sólo hecho de vivir con la mayor intensidad no garantiza nada.
L.

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