No por favor. No es poesía. Artes del fuego es el nombre de una carrera singular que puede cursarse en el Instituto Nacional de Arte. Dura entre cinco y siete años. Me enteré hace poco visitando ese lugar. Me dijeron que tiene algo que ver con la cerámica, los hornos, los volcanes, ese tipo de cosas. Nadie piense mal. No es poesía. No sé si será la mejor carrera para estudiar pero es indudable que ninguna disciplina fue dotada jamás de un nombre tan hermoso. Artes del fuego, llama efímera y eterna, elemento clave para Heráclito de Efeso, dios adorado por los pueblos mal llamados primitivos. Miles de años atrás hombres y mujeres se entregaban a cantos y gestos licenciosos con ese fin sagrado. Acometían una virtual erotización del fuego cuya combustión requiere, al igual que el odio y el amor, alimento permanente. El fuego consume todo y en ese acto se anula y renueva al mismo tiempo. Ya no es sustancia sino símbolo del mundo, de la lucha de contrarios, del incendio continuo y vivificante. Fuego. Causa primera. Arma punitiva de Zeus. Fragmento del rayo que gobierna el universo. Artes del fuego. Llama incandescente y helada. No por favor. No es poesía.
L.
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