viernes, 8 de noviembre de 2013

Nadadores

Hay que ayudar a los nadadores. Tan cerca de la playa y no llegan. Estiran los brazos hacia adelante, golpean las piernas duras contra el agua, luchan contra las corrientes cruzadas y embrujadas. Pero nada. No llegan a la costa (la costa). Es poco lo que falta. El agua está helada y todo parece conspirar contra ellos. La espuma esta vez no sirve como alivio, los peces picotean los dedos de los pies cansados, las medusas dibujan latigazos enormes en los muslos. Qué difícil es la situación para los nadadores. Tan cerca de la playa y no llegan. Estiran los brazos hacia adelante y hacia atrás, golpean las olas con la mayor energía, sueñan con tirarse en la playa (la playa) y descansar al fin. Aprendieron a diferenciar sueños y realidades. Por eso hay que ayudar a los nadadores en sobria y sombría desgracia. Faltan pocos, muy pocos centímetros para que termine el océano. Pero no llegan.
L.

No hay comentarios:

Publicar un comentario