jueves, 21 de noviembre de 2013
Sin tema
Me pregunta Paula de qué podemos hablar. Fue esta mañana en realidad. Ella me había llamado por teléfono y me decía cosas hasta que de pronto se quedó callada y yo también. A veces pasa eso entre nosotros. Nos quedamos sin asunto. Nada que decir el uno al otro y el otro al uno. Nada quiere decir nada. Es verdad que yo le podría contar que fui a la verdulería y compré duraznos fuera de temporada. Un poco verdes. ¿Pero qué sentido tendría hacer un comentario tan estúpido? O Paula podría contarme que esta tarde o esta noche, no recuerdo bien, irá a tomar unas polas, como llaman en Colombia a la cerveza, con unos amigos de Bogotá. Pero ella misma se da cuenta al decirlo que el dato carece de todo interés para ella y para mí. ¿De qué debemos hablar entonces? ¿De un tema profundo? ¿Del sexo? ¿De la muerte? ¿De la imposibilidad de hablar y de vivir? Cualquiera de esos sería un buen tema. En un rato, cuando vuelva a llamarme por teléfono, se los voy a proponer y no habrá ya silencio entre nosotros.
L.
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