lunes, 1 de agosto de 2011
Gobiernos legítimos
Las democracias occidentales son sistemas infinitamente superiores a la tiranía de reyes, hordas salvajes, elitistas en general y militares asesinos. La frase que acaba de ser escrita resulta, sin embargo, ampliamente discutible. Hitler se impuso en elecciones limpias y llevó al mundo a un extremo que algunos denominan con razón mal absoluto. El ex presidente George Bush fue democráticamente elegido en Estados Unidos. Su gobierno fue quizás el peor de toda la historia de ese país y produjo entre otras consecuencias lamentables la muerte de un millón de iraquíes. También fue libre y democrático el gobierno que en agosto de 1945 arrojó bombas atómicas sobre las pacíficas ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Es democrático el gobierno xenófobo de Sarkozi en Francia y el poder corrupto, neonazi y pervertidor de menores de Berlusconi en Italia. Los ejemplos y los muertos son tantos que su ennumeración cansa. El gobierno democrático vigente en Colombia produjo en los últimos años alrededor de cincuenta mil desaparecidos en ese país. Los dos gobiernos legítimos de Menem en la Argentina, para no hablar del de Fernando de la Rúa, desnacionalizaron la nación hasta casi vaciarla de sentido e historia. La gran pregunta, entonces, acusa directamente a los votantes, es decir, a la sociedad toda que permite democráticamente el crimen y la expoliación de sus bienes naturales. ¿Por que las mayorías de tantos países cultos y admirables por muchas razones votan gobiernos criminales, políticamente corruptos, socialmente injustos, represores y dañinos en todos los sentidos? Habría que meditar largamente la respuesta.
L.
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