martes, 2 de agosto de 2011
Religiones
El amor es la más barata de las religiones, dice Pavese en su diario. No tan barata, diría yo. A veces la construcción de iglesias y altares del amor acaba convertida en una inversión demasiado alta. Además no es el amor la única fe accesible y parcialmente efectiva. También se puede viajar, ver televisión, navegar por Internet hasta ahogarse, hacer cinta en el gimnasio, mirar fíjamente la pantalla del blackberry. La opción alternativa a tan amplia oferta sería vivir sin dioses, sin templos, sin liturgias, sin cielos protectores. Podría ser. ¿Pero cómo se hace? ¿Y a qué o a quién aferrarse entonces?
L.
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