sábado, 31 de mayo de 2014

Clarissa

Sólo el misterio nos mantiene vivos. Pensaba en eso, recién, cuando terminé de leer La casta Clarissa, un relato notable de John Cheever (1912-1982) un escritor maldito que nadie o casi nadie conoce pese a que ganó el Pulitzer, el National Book Critics Circle y no sé cuántos premios más. Clarissa, la protagonista, es un misterio gigante. Sólo eso nos mantiene vivos. En el cuento no pasa nada y pasa todo. La mujer es casada, un amigo la besa en un arrebato al regresar de un paseo, lo que molesta en grado sumo a la mujer. Lo echaste todo a perder, dice ella, y luego se despiden secamente para reencontrarse sin éxito unos días después. La escena transcurre en una isla en donde cada tanto hay tormentas que elevan las olas hasta alturas increíbles. A lo largo del texto Clarissa dice una sola frase importante. ¿Sabes? Esas piedras de la escollera han crecido mucho desde la última vez que estuve aquí. Eso es todo lo que dice la protagonista del cuento escrito por un autor desconocido que nació, bueno, no sé dónde nació. Pero no importa. O es un misterio más en la cadena de misterios que, sí, como Clarissa, nos mantiene vivos.
L.

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