Si algo debemos educar, enriquecer, iluminar, eso es la mirada. Con la mirada enriquecida transformaremos si no el universo al menos la vida cercana, la orilla de algunos mares, un claro en el bosque nativo. Ojos que piensan son ojos que dicen y actúan sobre lo observado. La mirada hueca es ciega. La mirada vibrante no se conforma con lo que está. Inventa un mundo. Lo rehace a su manera. Lo salva.
L.
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