Los buenos que además se creen buenos son los peores. Los bienpensantes que dicen estar del lado de las causas justas, y no hacen nada por mejorar las cosas, son los peores. Mucho mejores son los malos asumidos. Mucho mejores son los malpensantes que al menos dudan, se preguntan, no están del todo seguros de lo que hacen o dicen. Los buenos son una plaga que acabará con el mundo. Los bienpensantes están listos, ahora mismo, para la traición. Cuidado con ellos. Son buenos, sensibles, lloran en el cine. Pero en cualquier momento sacan del bolso las armas buenas y, sí, disparan.
L.
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