No es cuestión de masoquismo o autoflagelación. Para nada. No es eso. Es cuestión de vivir la vida a fondo y muy a fondo. Lo que no duele, lo que no deja marcas, lo tan suave que ni pelos tiene, carece de toda consecuencia. Un amor perdido, si fue amor, duele y mucho. Una utopía deshecha y no retomada por nuevos caminos...duele. Claro que sí. Un masaje demasiado contemplativo no relaja los músculos. Si no duele no actúa. Si no duele el efecto es inocuo. La nada es placer hueco. La vida, si es vida, duele. Al menos un rato.
L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario