Bajo la ventana, en el muelle, se reúnen unos pájaros sucios. Son los mismos que vienen todos los días a comer y pelearse. Ya es hora, gritan. Y se agitan peligrosamente. El cielo está oscuro el día entero. El viento del oeste no deja de soplar. Dame la mano un momento. Tomá la mía con firmeza. Eso es. Sí. Apretá con fuerza. Antes creíamos que el tiempo jugaba a nuestro favor.
Ya es hora, gritan esos pájaros sucios.
Raymond Carver/Un sendero nuevo a la cascada
Tener tal sentido del paso del tiempo a veces es doloroso pero tal vez sea esa conciencia profunda de lo efímero lo que permita un encuentro, tal vez el último, aún cuando los pájaros sucios vuelvan a gritar.
ResponderEliminarGraciela B
El minimalismo, lo telegráfico, la pausa, el corte abrupto. Esas pequeñas cosas que Carver supo utilizar a la perfección.
ResponderEliminarSaludos.
FC.