En la calle, en el cielo, en los autos, en las aulas, en los bares, en los albergues transitorios. Demasiadas palabras. Diez mil frases para decir con suerte una idea o ninguna. Mensajitos, besitos, mimitos, todo tan chiquito y previsible. Por todas partes voces y más voces. Casi ni un solo rostro en la multitud de rostros. Deberíamos tomar una buena goma de borrar y vaciar un poco el discurso del mundo. Las telarañas de la costumbre. Si lo hacemos algo podrá ser dicho.
L.
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