No es tan grave la cosa. Para nada. Hay que limitarse a tomar distancia y observar. Eso es todo. Una pasión amorosa suele ser vista por sus protagonistas como un hecho inédito. Intenso como pocos. Es algo dramático, hermoso y terrible. Pero esa misma pasión mirada desde lejos puede resultar cómica, grotesca, mínima, casi una broma de mal gusto. No es tan grave la cosa. Tomar distancia. Como en los museos. Mirar un cuadro desde muy cerca es no ver nada. Mirar a una persona pegándose a ella es, también, no conocerla. No es tan grave la cosa. Tomar distancia. Eso.
L.
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