domingo, 20 de noviembre de 2011

El vaso


¿Hasta cuándo permanecerá el vaso en el borde de la mesa? ¿Hasta qué momento exacto seguirá ahí sin caerse? Lo veo casi tambalear por el viento o no sé qué y algo me dice que no falta mucho para que el agua se vuelque y el vidrio se rompa en mil divinos pedacitos. Yo desearía que el vaso no se quebrara nunca. Que siguiera ahí como siempre para poder verlo y tomarlo con firmeza y llevarlo como un beso a la boca. Pero algo me dice que los vasos finalmente caen al suelo y que, por más fuertes que sean, no sobreviven al mundo.
L.

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