viernes, 18 de noviembre de 2011
Seguir aquí
Seguir aquí resistiendo y compartiendo el desconcierto. El blog como una trinchera desarmada. O armada con ramitas de árbol caído en el país de nunca jamás. Seguir aquí como un francotirador que se ha quedado sin balas y sin ganas. Seguir sin un mensaje claro para darle a la población. Al contrario. Sólo frases desechas, incertidumbre, dolor, enfermedad, interminables dudas. Todo eso convertido en palabras que se miran con asombro en una playa nudista. O, peor aún, frases que adelgazan como hilos de lluvia antes de caer en una especie de show escandaloso y vibrante. Sin mensajes positivos. Sin maldito combustible espiritual. Una nave lanzada al espacio que hubiese perdido contacto con la base y, aún así, continúa dando vueltas y más vueltas en su órbita deforme.
L.
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