sábado, 19 de noviembre de 2011

La otra


Algunas mujeres prefieren ser la otra a la oficial. La inclinación tiene sentido. Se supone que la otra es la deseada, la puta, la que despierta fantasías ardientes. La oficial, en cambio, sería la madre segura, la que acompaña y no calienta, o sea, casi una hermana. Quedaría, como se dice vulgarmente, una opción superadora, es decir, que la otra y la principal se fundan en un solo ser que sea mujer, madre, ramera y santa al mismo tiempo. A quien adopte este último camino le convendría iniciar, al menos, un taller de teatro.
L.

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